Llevo muchos días sin actualizar este diario. El fin de semana quise desconectar de todo, ¿cómo lo hice?: reorganizando armarios y limpiando. Me ayudó a no pensar demasiado. Estuve ocupada, activa, metida de lleno en mi tarea. De tal manera que al final del día me acosté cansada y al tiempo tranquila. Lo bueno es que aún tengo tarea preparada para este fin de semana, hay que dosificar para que no se acabe la ocupación. Cuando ya no tenga más que tirar o limpiar, será el momento de hacer alguno de esos cursos online rebajados que tanto se anuncian por las redes 😉
Día 15 #yomequedoencasa
Ya van quince días de confinamiento estricto. Hemos salido lo indispensable para hacer pequeñas compras y ayudar a padres y suegros. Mis padres no son tan mayores y son totalmente autónomos, pero creo que mi deber en este momento es hacer que corran el menor riesgo posible. Así que les hago la compra y se la dejo en la puerta de su casa. Mis suegros son muy mayores, con enfermedades varias y dependientes. Ahí ya requiere un contacto mayor, no se puede dejar la compra en la puerta y ya. Hay que colocar, organizar, revisar, comprobar medicación. Aunque todo de manera rápida y lo más inocuo posible.
Mañana hay que llevar a mi suegra al hospital a revisar un problema que tuvo en un brazo. Por su edad y condición es una visita necesaria. Tengo miedo, esa es la verdad. Mi marido irá con ella, pero ya todos estaremos expuestos. Y estoy asustada, no lo puedo remediar. Ayer hablamos con el hospital y nos explicaban que la visita era necesaria por diferentes factores. Algo comprensible y agradecemos mucho la atención y la amable explicación que nos dieron, a pesar de las duras circunstancias que tienen.
Una semana dura
La semana ha sido dura. Muchos han sido los factores:
- El miedo. Según pasan los días y vemos como los hospitales de Madrid se colapsan, abren una morgue en una pista de patinaje, cada vez más personas conocidas enferman…. según pasan los días el miedo se hace el amor y señor de nuestras vidas. ¡No le dejes!
- Ser el soporte de. Me consta que soy fuerte y que muchas personas que me quieren se apoyan en mi. Pero también soy humana y no puedo con todo. Llegó un momento en el que tuve que pedir espacio. Esta situación tan poco convencional es capaz de superarme hasta a mi, y aseguro tener mucho aguante. Pero llegado al límite tuve que separarme un poco. No se trataba de un acto egoísta sino de cuidado personal y mental. Siento si alguien pudo sentirse molesto. Pero llegué a un punto de colapso insostenible. Hoy ya vuelvo a ser yo misma.
- Instituto online. La comunidad educativa ha tenido que hacer de tripas corazón de un día para otro. Adaptar contenidos al formato online, sin tener en muchas ocasiones medios. Especialmente la educación pública (cuál sino). Pero todo el tinglado que hay montado está superando a las familias. Teletrabajo, niños en casa, padres ejerciendo de profesores improvisados…. Algunos profesores (nótese el algunos) no están teniendo la empatía necesaria. Se miran el ombligo todo el tiempo acusando al sistema de falta de medios, a los niños de poco implicados y a los padres…. bueno eso mejor me lo ahorro. El caso es que no ha habido una programación organizada y yo al menos esta semana he acabado hasta la coronilla… y más allá.
- Análisis de daños. He tenido que analizar todos los daños económicos y laborales. Han sido muchos. Trabajo de meses tirado a la basura. Solicitud de ayudas. Facturaciones anuladas o pospuestas. La vida de los autónomos es dura y el sistema no nos trata bien. Quizá este sea un buen momento para poder plantear otras condiciones.
- Semana premenstrual. Y por si todo lo anterior fuera poco, este síndrome premenstrual que sufro desde que me hallo en esta etapa premenopaúsica no está ayudando. Esa mezcla de malestar psicológico y físico ha sido mi sombra desde que comenzó la semana.
Aceptación radical
Desde hace tiempo una premisa me acompaña: la importancia de la aceptación. En muchas ocasiones nos rebelamos contra aquello que nos sucede y eso hace que estemos en continuo conflicto. Pero cuando decidimos aceptar todo comienza a cambiar, sencillamente porque nuestra percepción es otra, dejamos de pelear y eso incluso nos permite encontrar vías de actuación que nos permiten cambiar aquello que no nos gusta. ¿Parece muy fácil? Es que lo es.
La aceptación también es aplicable a estos tiempos que vivimos. Y me lo ha recordado Alicia Carrasco esta mañana. Hoy lo que tenemos que poner en marcha es la aceptación radical, pues no es fácil asumir una situación tan alejada de nuestra realidad cotidiana. Esto ya no es tan sencillo pero sí es posible. Es cuestión de actitud, simplemente relaja, asume y acepta. Acepta estar confinados, acepta ser profesor/a de tus hijos, acepta el ERTE de tu empresa, acepta el frenazo laboral, acepta sin más. ¿Acaso puedes hacer algo más? ¿Acaso puedes luchas contra ello? Yo ya estoy trabajando en ello. Confieso que me está costando. Pero no está en mi mano cambiar nada de lo que está sucediendo o nos está sucediendo, al menos de momento.
Por eso la aceptación radical me parece, de inicio, un recurso imprescindible para que emocionalmente nos mantengamos a flote en esta distopía que vivimos.
La prensa de estos días
España registra por primera vez menos fallecidos que el día anterior
Los test rápidos que llegaron a España no son fiables
¿Ha influído el 8M en el incremento de los casos de Covid 19?
Los sindicatos denuncian que se han producido ya un millón de despidos
No Comments