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Estrés, mujer y madre: un trío a veces inseparable

24 febrero, 2016

Hace un par de días comencé a encontrarme mal. Rápidamente pensé en que estaba agobiada, con algo de estrés y por eso me sentía más flojita e irascible. En seguida llegaron otros síntomas que me dejaron claro que un virus había venido de visita y me dejó literalmente tirada en la cama un día entero, algo totalmente inusual.

Un día de -casi- desconexión, un día donde los abuelos y papá se hicieron cargo de Rayo a tiempo completo, un día donde mi trabajo tuvo que ser aparcado, un día donde pude dormir y descansar sin pensar -casi- en nada más. Y al final del día ya podía notar el cambio, me sentía mejor de golpe. Hoy soy otra, como una buena amiga dice parezco una florecilla a la que acaban de regar. Esto me hace pensar que, o ha sido un virus express o bien todo ha sido fruto del agotamiento. Una vez más el cansancio hace mella y toca pisar el freno y comprobar por qué razón llego a ese punto.

Hace semanas que lo vengo notando, estoy más nerviosa, más irascible, me enfado a la mínima. Y aunque me reservo algunos momentos sólo para mi, echando la vista atrás me doy cuenta que hace demasiados días que no  me siento ni diez minutos a descansar en todo el día. Todo es correr y pasar de una tarea a otra.

No nos imaginamos como el estrés puede afectarnos físicamente. Creemos que si respiramos hondo y no pensamos demasiado en ello se pasará. Pero, ¿sabes cómo puede afectar el estrés a las mujeres? 

Sus efectos pensando en femenino

  • Puede afectar a tu ciclo menstrual. ¿Tienes retrasos sin justificación? ¿O bien se te adelanta varios días la regla? Estas alteraciones del ciclo, si no hay ninguna otra causa, puede deberse a tu estado de ánimo.
  • Síndrome premenstrual intenso. Dolores de cabeza, irritabilidad, nerviosismo, dolor abdominal, flujo anormal. Analiza si estos síntomas son previos a tu menstruación.
  • Sentimientos de culpa. La culpa, amigas mías, nos persigue y nos perseguirá siempre porque la llevamos grabada a fuego en nuestros genes. Si estás estresada ese sentimiento será más intenso lo que conllevará una pérdida de autoestima y una tristeza difícil de manejar.
  • Falta de concentración. El estrés hace que no nos concentremos como deberíamos y en consecuencia perdamos mucho tiempo dando vueltas a una misma situación, idea o problema.
  • Menor rendimiento laboral. Como consecuencia de lo comentado anteriormente, nuestro rendimiento en el trabajo se ve afectado. Es inevitable. Queremos abarcar mucho y al final nos quedamos en nada.

Analiza estos cinco puntos. ¿Te sientes identificada? Si es así ha llegado el momento de pisar el freno y bajarte de ese tren a toda velocidad en el que vas. Vamos a empezar a hacer tres cosas muy sencillas y seguro que al alcance de casi todas:

  • Delega. Nadie dijo que tenías que ser tú quien te encargaras de todo. Aunque sea un poquito lo que puedas delegar seguro que te sentirás menos presionada.
  • Cuenta como te sientes. A tu pareja, a tus amigos, a tu familia, a quien quiera escucharte. Seguro que al contarlo te darás cuenta que debes mejorar tu situación.
  • Tómate un día de relax. Pide a los abuelos que se queden con los niños, o bien a tu pareja o incluso contrata un día a un canguro. Y utiliza ese día para lo que creas que necesitas, dormir, ir al cine, pasear ….
Cuando ya estés más serena y hayas recuperado tu capacidad de análisis es el momento de pararte a pensar dónde está el problema, qué te hace llegar a ese punto, para así poder mejorarlo.

 

Qué hacemos para mejorar

  • Analiza tu día a día y tu rutina habitual. No dudes en coger papel y lápiz y apuntar tus horarios laborales, tus horarios con los niños y todo lo que haces.
  • Una vez hecho esto, siempre con tu pareja claro, piensa en qué puedes/debes delegar para que tus días sean más llevaderos.
  • Si tus hijos son más mayorcitos asigna tareas domésticas que ellos puedas asumir y explícales la situación para que comprendan que el peso de la familia hay que llevarlo entre todos.
  • No hagas hoy lo que puedas dejar para mañana. Prioriza y lo que no sea urgente déjalo para mañana o para el fin de semana.

Este post lo escribo a modo de terapia, de auto-ayuda, para intentar aplicarme el cuento y cumplir lo que aquí escribo. ¿Eres de las mías? ¿Lo intentamos?

 

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4 Comments

  • Reply Alex 24 febrero, 2016 at 09:37

    Pues también puede ser a causa del tiroides o de la premenopausia, a mi me lo han mirado.
    Delegar, puede ser un gran alivio tener ayuda para la casa 2 o 3 horas a la semana, para "lo gordo", baños, plancha…
    En alguna actividad del niño, tomarse relajada un café y leer tranquila, en mi caso, mientras el peque está en piscina, ducha relax, masajista o sesión spa, cuando no, sesión cardio y máquinas…
    Aprovechar los parques infantiles de los centros comerciales para hacer compra relajada.
    Y dormir soluciona mucho del agotamiento acumulado.

  • Reply Kletva 24 febrero, 2016 at 14:27

    Puffff, madre mía… Me siento exactamente así desde hace varias semanas! No doy pie con bola, mi casa es una cueva, doy mil viajes para hacer una cosa, en cuanto me dicen algo se me olvida… Tengo pendiente la sesión de láser del mes y aún no he podido ir, con eso te lo digo todo… Pero bueno también es cierto que es una etapa normal de la vida y por eso no me echo las manos a la cabeza, habrá que esperar que pase, jeje. Un saludo!

  • Reply Mamá Arcoíris 29 febrero, 2016 at 22:31

    Yo también he notado el estrés (reglas dolorosas incluidas). El problema es aunque parece que las cosas cambian poco a poco, las mujeres parece que tengamos que ser perfectas madres, esposas y por supuesto, estar divinas.

    Para colmo creo que en nuestro cromosoma X, llevamos el gen de la culpabilidad (creo que todas las mujeres tenemos ese problema).

    Espero que mejore el estres 😉

  • Reply Aprendemos con mamá 3 junio, 2016 at 13:31

    El trío tralará jajajajaja por aquí me quedo !! Te invito a mi
    Blog 🙂

    Un abrazo!!

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