Con todo lo que a veces me quejo, he de reconocer que mi hijo es un tesoro, un tesoro de los grandes.
Quiero contar lo que mi peque me dijo anoche como una palabreja, porque quiero incluirlo en ese proyecto de libro, quiero incluirlo con fecha, recordando bien el momento, y cómo me lo dijo.
Anoche, él había acabado su cena, Papá y yo aún seguíamos en la mesa. Mi tesoro se fue al sillón y al poquito me dice:
– Mamá, ven al sofá y siéntate conmigo.
Me fui a su lado, me senté como siempre, rodeándole con un brazo. Le besé, le besé en la frente, en la cabeza, en la nariz. Mi niño alzó su cabecita, y con esos ojos maravillosos mirándome con infinito amor me dijo:
– Gracias mamá, gracias por el beso.
Me vuelvo a derretir al escribirlo.
Gracias a ti tesoro mío, gracias a ti por ser como eres.
9 Comments
Ainnnnnnnsssssssss qué bonito!!!!!!!!
Estos nanos…. Siempre consiguen derretirnos con la palabra más sencilla!
Besos!
jooooooooooooooooooooo, yo tengo ganas que mi peque me diga cosas así!!!!!!!
Joooooooooooo!!! qué emocioonnnnnnn!!
Qué bonito! Mi hijo me dice gracias muchas veces, por ejemplo cuando le hago una comida que le gusta y yo me derrito cada vez
Q rico¡¡¡¡
Que os puedo decir. Que tu hijo te de las gracias por un beso es lo más, sobre todo si te lo dice con esa mirada de amor. Me tiene loca, no lo niego.
A mi también me dice gracias cuando le llevo su merienda, o le doy aguita, o le pongo delante un plato de comida riquísimo. Su padre le insiste mucho en eso, y parece que surte efecto.
¡Se me han saltado las lágrimas! Fíjate lo sencilla que puede ser la felicidad…
Eso debe ser lo más parecido al Quam, la felicidad absoluta… y tu la compartes con nosotros. GRACIAS!