Uno de los (no) consejos para futuras mamás que escribí en El Club de las Madres Felices era evitar las visitas las primeras semanas después de nacer el bebé.
Alguna amiga/compañera/comadre bloguera me ha dicho que eso es imposible. Y me consta que más de uno/a lo ha pensado. Sí, es radical, es cierto. Y es radical porque vivimos en una sociedad de «todo por los demás, incluído un sacrificio enorme». Nos envuelve la educación social, es de obligado cumplimiento hacer ciertas cosas y visitar o recibir visitas cuando hay un recién nacido por medio es una de ellas.
Antes de continuar sé que quizá a muchas personas que leáis esto no os guste un pelo. Lo siento, es mi manera de pensar, como yo veo las cosas. Ni mucho menos digo que se deba hacer así obligatoriamente. Os doy mi opinión basada en mi experiencia, y en las experiencias de unas cuantas madres y parejas amigas (por no mencionar a los bebés, pobres míos que como no hablan no pueden quejarse) que han sufrido un verdadero calvario por culpa de esas visitas.
Me preguntan, ¿pero cómo voy a evitar que vengan mis padres, mis hermanos, mis suegros, mis cuñados, mi tíos, mis,…….?. Es que depende de las visitas que sean. Desde luego si es visita tipo «voy a ver al niño y de paso me siento en el sofá y tu con los puntos y recién parida me pones un café y así yo estoy con el niño en brazos, y de paso hasta me creo que te echo una mano», podéis prescindir de ella.
Si hablamos de visita «voy a ir media hora conozco al bebé, te doy un besazo, no te permito ni que te levantes del sillón, no te arrebato al bebé de los brazos porque tiene que estar con su madre y me voy rapidito», aceptamos barco. Pero, eso sí, de cuando en cuando, no es menester estar todas las tardes de la semana recibiendo visitas de media hora, que si no estamos en las mismas. Ahí el papi ha de ser el relaciones públicas de la familia y organizar la agenda, espaciar las visitas e intentar que al menos la primera semana sea lo más tranquila posible.
Si hablamos de visita «voy te hago la cama, te pongo la lavadora, te doy una barridita y de paso te dejo la cena hecha (esas son las madres/suegras, no fallan)», la aceptamos sin rechistar.
Que quiero decir con esto, que no tenemos que aislarnos en casa como si de un bunker se tratara. Se trata de ser conscientes de que tenemos un recién nacido, recién llegado a este mundo que se debe habituar a todo, a nosotros, al mundo exterior, a la lactancia, al sueño, a miles de cosas. Si ese bebé es cogido y recogido por veinte brazos, no se le permite dormir, no se le permite comer a demanda, se le molesta, se le incordia, se incordia a su madre, ….., ¿estará a gusto y feliz?, yo creo que no.
En mi caso no hubiera prescindido de las «visitas» de mis padres jamás, aunque claro, eso no eran visitas. Mi madre llegaba, sigilosa, ponía la lavadora, barría mi casa, me preparaba la comida, daba un besito a mi hijo y se iba. Mi padre nos traía la compra, mi hermana venía a echarle un ojo al bebé mientras me duchaba rauda y veloz, hasta cepillaba a mis gatas o les compraba su pienso. Fueron mis amas de llaves esas primeras semanas.
También tuve a la familia que se sienta a tomar café tranquilamente y a ti te da hasta vergüenza estar en camisón, porque yo de esa guisa estaba, teta fuera todo el día, las piernas como botijos de hinchadas, no tenía yo ganas de ser coqueta.
Pero a veces, por timidez, porque creemos que nuestro deber es recibir a esas personas que quieren conocer a nuestro hijo, porque no tenemos valor para decir no, hacemos lo que no queremos, y eso es lo que debemos evitar. Un adulto puede pasar un mal rato por voluntad propia si con eso consigue que otro esté contento. Pero obligar a una criatura de pocos días a eso por quedar bien, me parece que no es lo más acertado.
Creo que con educación y explicando nuestra postura y nuestra manera de ver las cosas se pueden conseguir milagros. Muchas veces pensamos que no van a entendernos pero si se dice antes y exponemos nuestros motivos, las personas suelen ser muy comprensivas. A veces no, pero si un adulto se enfada por este motivo,… , deja mucho que desear desde mi humilde punto de vista.
Restringid y evitad las «visitas» y transformarlas en «échame una mano por favor» y de ese modo todos estaréis mucho más contentos.
En El Club de las Madres Felices había un comentario criticando este punto, cuando yo digo que no se necesita ayuda con el bebé. El bebé con quien tiene que estar es con la madre, si es posible iniciando una lactancia a demanda, por eso «no hace falta» que nadie nos coja al bebé, le de un paseo o se lo lleve. Necesitamos la ayuda en todo lo demás, ¡que no es poco!. La madre solo debe estar pendiente de esa criatura (con el apoyo emocional pertinente, claro está), el resto ha de ser atendido por la pareja, la familia y/o los amigos.
De este modo el postparto será mucho más fácil y llevadero, porque nadie dijo que fuera fácil. Pero eso ya lo dejamos para otro post.
25 Comments
Belén, te agradezco mucho que hayas profundizado en este tema. Realmente, como te comentaba, tengo una gran preocupación por las visitas postparto, porque lo que he ido observando en mi entorno es para echarse a llorar. Tengo familia capaz de ponerse a contar chistes en un velatorio, pero eso es otro tema. También tengo amigos capaces de ir a ver al bebé todos los días de la semana. Y lo peor de todo es que consideran en su derecho. Ya te digo que cuando me llegue el momento no lo tendré fácil. Gracias por dedicarme el post. Un beso.
Tienes toda la razón del mundo. Las visitas en esos momentos han de ser para arropar a la madre, no para agobiarla ni darle más trabajo.
Mamá mimosa, precisamente por lo que cuentas es muy importante que tu pareja y tu decidáis lo que queréis y cómo queréis que se haga. Hablad con familia y amigos y exponerles vuestro punto de vista. El respeto en las relaciones es fundamental. No digo que sea fácil, me consta lo complicado que puede resultar, créeme. Pero el bienestar de tu futuro bebé ha de estar por encima de todo esto. Un beso linda.
Sandra, es que esas visitas de me siento y que me pongan café…. uf!! me pongo mala solo de pensarlo.
Belen estoy totalmente de acuerdo contigo y además lo has contado estupendamente.
No entiendo por qué en esta sociedad tenemos que hacer cosas que no queremos para agradar a los demás, cuando luego esas personas no se preocupan muchas veces si nos pueden estar molestando, como es el caso de las visitas.
Nosotros dejamos bien claro que las dos primeras semanas no recibiríamos a nadie, bueno, sólo a mis padres y mi hermana, que como bien dices nos ayudaban en lo que podían, con la casa por supuesto. Porque la madre tiene que estar con su hijo y olvidarse de todo lo demás, lo necesitan, sobre todo los primeros días-meses.
Y es que como siempre, parece que el bebe o niñ@ es un muñequito que la gente puede coger y tratar a su antojo.
Un besazo
Totalmente de acuerdo. La gente no se da cuenta de que tu lo que necesitas es estar tranquila.
Yo me encontré estupendamente desde las primeras horas tras el parto y en el hospital tuve varias visitas pero me di cuenta de que hubiera necesitado ese tiempo para que disfrutaramos en la intimidad de nuestra hija.
Siempre que me he planteado un segundo postparto lo he visualizado con resignación cristiana. A pesar de que creo haber sido amable con todas las visitas que tuvimos, algunas de las cuales les faltó el calimocho para completar el ambiente festivo en la habitación de la clínica, no quedaron satisfechos. Esto me lleva a pensar en qué ocurriría si verdaderamente una pusiera los puntos sobre las ies… y, francamente, no quiero comprobarlo.
Para la próxima vez ensayaré un modo de desconexión mental, a ver si me sale!.
Pues nuevamente estoy de acuerdo contigo! es que las visitas que de paso te ayudan (madres/suegras) no las considero visitas. Pero las otras, las que vienen a pasar la tarde, o que llegan a casa a las 7 y media de la tarde cuando ya casi vas a empezar con baños y demás, o los que no se van nunca, o los que vienen sin avisar…
Yo, por si acaso, prefiero pasarme que no llegar y cuando alguna amiga mia ha tenido un bebé no he ido a visitarla hasta que no han pasado algunas semanas (a menos que me lo pida).
Besos!
Pilar
Estoy totalmente de acuerdo contigo, yo tuve un parto muy largo y dificil y encima terminó en cesarea, o sea que al agotamiento suma 4 dias de hospital, que para mas inri cayeron en fin de semana. Se paso por alli todo el mundo, la habitación llena de gente a todas horas… asi que cuando salimos mi marido y yo decidimos que los primeros 15 dias no vendria nadie. Ni madre, ni suegra, ni tios… NADIE. Uno pensaria que los mas cercanos lo iban a entender… pues no, los que lo entendieron fueron los amigos, mi madre se ofendió mucho, mi suegra se molestó… pero ¿sabes? Fue la mejor decisión que podiamos tomar por nosotros y por nuestra hija. Yo apenas podia andar con los puntos de la cesarea, incluso pasados los 15 dias era un suplicio soportar visitas y lamentablemente nadie entendió lo que necesitaba. Quien queria ayudar me preguntaba si queria que cogiera a la niña, la cambiara, la bañara… lo que fuera para que yo pudiera limpiar o ducharme… yo hubiera preferido que limpiarann ellos pero no sabia como decirselo, asi que decia que no porque tenia claro que mi niña tenia que estar conmigo, asi que ni te cuento como terminó la casa el primer mes… Muy buen consejo! Un besazo!
Muy buena entrada Belén!
Nosotros durante el embarazo avisamos a todos los amigos y familiares que no íbamos a contestar el teléfono ni a recibir visitas durante los primeros días para dedicarnos en exclusiva a nené.
A algunas personas al principio les costó entenderlo pero les explicamos que necesitábamos establecer primero nuestra intimidad, que el bebé necesitaba silencio y brazos de padre y madre antes de ser presentado en sociedad y todo nuestro entorno fue super-respetuoso.
A excepción de mi suegra, que se iba al día siguiente a la otra punta del mundo para varios meses, y de las comadronas que se pasaban a diario por casa para comprobar como estábamos, durante un par de semanas disfrutamos de nuestra nueva familia en soledad.
Incluso después, durante las primeras semanas, las visitas (casi) siempre fueron cortas, silenciosas y colaborativas.
Será casualidad pero cuando al mes y medio “abrimos la veda” nené comenzó con los cólicos… así que si hay un segundo, aún a riesgo de parecer antisocial, creo que alargaré el periodo de calma un poquito más.
Total, hay toda una vida por delante para concer del bebé y todos disfrutamos mucho más cuando ya estamos preparados para el “mundanal ruido”
Abrazos “visitas ayudadoras”!
Yo creo que esto está en el caracter de cada uno, yo soy una persona que no tiene muchas amistades en su dia a dia y la verdad es que no me molestaron ni las visitas de hospital ni las de casa.
La verdad es que por si solos llevaban el chip de hacer visita cortita y si les ofrecia algo decir que no. Así que creo que no hay que ser radical porque hay personas que saben como tiene que ser las visitas.
No sé cómo lo haces, pero últimamente estás tocando temas que me preocupan. ¿Me estás leyendo la mente a distancia? Cremas para niños, ritmos de sueño, visitas…
Por lo pronto, nosotros sólo permitiremos visitas de la familia directa a la clínica (padres y hermanos) y ya veremos cuando lleguemos a casa. Lo malo es que yo soy de esas personas que, cuando tiene visita, está todo el rato ofreciendo cosas (¿quieres un café, té, agua, galletas?) y no me gusta ver como los demás me recogen la casa o la cocina (más que nada, porque me cambian las cosas de sitio y luego no encuentro nada) Me tendré que ir mentalizando…
Un besote , guapa!!
Es la primera vez que te leo, es el primer post de tu blog al que le echo un ojo… y ya estoy aplaudiendo… en serio que has plasmado por escrito mis pensamientos, sentimientos y experiencia… que no te la cuento porque me saldría un comentario más largo que tu post.
Pero efectivamente, las visitas post parto debieran estar prohibidas por prescripción facultativa. Pero ni por esas… yo me lo inventé, para el primer día después de la cesárea, y cinco años después aún hay quien me lo echa en cara. Y mi madre, que fue a la que le tocó transmitir la solicitud, la de contestaciones que se llegó a oir…
La costumbre en China quiere que el bebe no salga de casa ni reciba visita el primer año…
Yo opino que el tema de las visitas en el hospital con tertulia, risas y comentarios varios incluidos es deplorable. Creo que la gente debería dejar espacio a la nueva familia que se ha creado y no acampar en la habitación del hospital como si fuera el salón de su casa.
De todas formas también te digo que prefiero las visitas en el hospital a las de los primeros días en casa. Al menos en el hospital hay un horario y una "excusa" para echarles cortesmente, algo que en casa no se puede hacer.
Yo estoy totalmente de acuerdo contigo. Cuando nació Abril, hubo visitas a las que tenía que haberle dicho que no. En general nuestros amigos fueron bastante lindos en ese aspecto y tuvieron bastantes buenos detalles, pero hubo alguno que otro que vaya tela. Mi madre, como la tuya, llegaba, recogía, lavaba, planchaba, hacía de comer, preparaba comida… y cuando eso, se iba… Si alguna vez puedo ser madre de otro bebé, lo haré de forma totalmente diferente en algunos temas. Muchos besos
Carol, bien por esas dos semanas de privacidad con tu pequeña. Es difícil adaptarse a la nueva situación y si hay mucha gente alrededor revoloteando, más todavía.
Belissa, muchas veces nos damos cuenta a toro pasado de lo que realmente hubiéramos necesitado. Pero con el segundo, siempre se pueden rectificar errores 🙂
Mamá (contra) corriente, desde luego es una decisión muy personal. La tranquilidad es fundamental. Igual cerrarles la puerta en las narices no, pero sí pedir un poquito de mesura… eso nunca está de más.
Pilar, hace años yo creía que efectivamente era obligado ir a visitar a las recién paridas. Pero no hay que ser muy listo para darse cuenta del estado de cansancio, agobio, etc que tienen las parejas ante la llegada de su recién nacido. Enseguida empezamos a no ir al hospital. Llamábamos, les contábamos que preferíamos esperar un poquito y dejarles tranquilos. Y curiosamente se sorprendían, qué cosas. Ahora ya nunca voy al hospital y prefiero esperar un par de semanas, o lo que la pareja me diga, para conocer al nuevo bebé.
Mami Milka, a la suciedad, el polvo y el desorden se sobrevive. Luego con una dosis extra de esfuerzo se soluciona, eso es lo de menos. Pero tu bebé te tuvo toooodo el tiempo y eso es lo más importnate.
MaGiA, tomásteis una buena decisión sin duda. Lo importante es hacer lo que uno desea, al menos ese es mi pensamiento. Ir en contra de los propios deseos es siempre negativo.
Nieves, tienes mucha razón, muchos amigos y familiares son estupendos visitadores. Por desgracia, otros no. Por eso mismo la pareja debe analizar lo que tiene por delante y decidir.
Anuda, estamos conectadas ;P Es normal que pienses en todo esto ahora, estás ya en capilla mi niña!!! Como he dicho antes, lo importante es hacer lo que uno desea y le sale del corazón. Cuando tengas a tu bebé delante te olvidarás de ofrecer café, té o galletas a nadie. Y conr especto a la ayuda en casa, hazme caso, delega, que esté mínimamente limpio y con eso es suficiente. Una no puede con todo y es mejor dejar que te ayuden.
Elena-Z, bienvenida entonces. Me alegro que te haya gustado el post. Me ha gustado tu invención, jejejeje, pero eso ayudó a que estuviérais tranquilos. Es una lástima tener que mentir para obtener lo que uno quiere.
etiKeta, sabios estos chinos eh?
Silvia, ni unas ni otras, las visitas de hospital son…. madre mía, horribles, siempre entrando y saliendo gente, y si compartes habitación ya es de morirse.
María, siempre hay alguien que da la nota hija mía. Seguro que con tu segundo bebé lo harás más a tu manera. Un beso.
Yo viví situaciones totalmente subrealistas esos primeros días en casa… que mi cuñada llame para decir que va a ir a nuestra casa con sus suegros y sus cuñadas tiene huevos, afortunadamente sólo apareció su suegra pero justo en uno de esos momentos que yo estaba llorando a moco tendido de lo nerviosa que estaba.
Tengo bien claro que cuando vuelva a ser madre este tema como tantos otros van a ser muy muy diferentes le moleste a quien le moleste.
Totalmente de acuerdo contigo, yo la verdad es que me encantaron las visitas que tuve en el hospital lo justo de media hora y salvo mis padres o mis suegros nadie intentó coger al bebe y los que lo cogieron lo justo para acercármelo a mí o cambiarle el pañal.
En casa lo peor fue el día que llegué del hospital que tuve 20 personas todos familiares pero entre ellos había niños de los que no paran ni 5 segundos y para mí fue un día horrible, a los amigos les dije que esperaran unos días y vinieron cuando ya habían pasado 15 días o más y fue genial.
El otro día leí tus maravillosos (no) consejos, y realmente me sorprendió el de las visitas porque ser el único con el que no estaba de acuerdo.
Tras leer tu post de hoy me he animado a hacer una lista con las personas que pasaron por el hospital cuando nació mi hijo. Sólamente en los dos días que estuvimos ingresados tras el nacimiento recibí la visita de (por favor que nadie se asuste)… 60 PERSONAS!!
Ahora bien, influyó enormemente que:
– Di a luz por la noche, en un parto que fue rodado, y descansé fenomenal, con lo cual al día siguiente estaba como una rosa.
– El niño era (y es) muy tranquilo y estaba durmiendo el 90% del tiempo.
– Se agarró estupendamente desde el primer momento en que le puse al pecho, con lo cual ese punto fue también muy sencillo.
Ante una situación tan favorable, mi marido y yo estábamos realmente eufóricos. Era el día más feliz de nuestra vida y realmente queríamos compartirlo con la gente que más queríamos. Por supuesto que el bebé era nuestra prioridad, pero os puedo asegurar que el bebé comía-dormía-comía-dormía y en ningún momento se alteró su ritmo. Siempre le dí el pecho en la intimidad y la gente fue obviamente muy respetuosa con ello.
No sólo agradecí sino que sinceramente puedo decir que DISFRUTÉ con todas y cada una de las visitas. Es cierto que tengo mucha suerte, fueron todas de familia muy querida y amigos cercanos o de toda la vida. Me emocioné con algunas visitas, como la de los bisabuelos que hicieron 200km para venir y otros tantos para volver a su casa en el día. Igualmente también he visto emocionarse a alguna amiga mía cuando he ido a visitarla al hospital por la misma causa.
Como digo, creo que tengo mucha suerte. Mis cuñadas son un encanto, mi suegra, por poner un ejemplo de su buena disposición, se pasaba el día dándome masajes para "drenar" mis piernas hinchadas, tengo unos tíos a 500km a los que adoro que se cogieron un AVE y un par de días de vacaciones para poder compartir ese momento con nosotros…
En fin, que tengo un recuerdo precioso de la estancia en el hospital, con la habitación siempre llena (excepto en las tomas, curas, etc.) de gente a la que quiero muchísmo. Me encantaría repetir la experiencia de aquí a dos meses, cuando vuelva a ser mamá 🙂
Perdona que me haya extendido tanto, pero quería dejar mi punto de vista sobre que hay muchas circunstancias y muchas formas de ser. Lo que es bueno para unos, para otros puede no serlo. Entiendo que hay gente a las que las visitas pueden agobiarles, y alterarles tanto a ellos como a los bebés, ya que lógicamente el postparto es un momento muy delicado. Pero es igualmente cierto que hay postpartos relativamente relajados y gente que necesita (necesitamos) estar rodeados de los nuestros para compartir los momentos felices.
El resto de los consejos, creo que pueden ser de aplicación generalizada, pero este en concreto, me parece demasiado personal.
Espero no haber ofendido a nadie, si lo hecho, mis disculpas por adelantado ya que en ningún momento ha sido mi intención.
Un saludo,
Teresa
No puedo estar más de acuerdo contigo.
En mi caso lo del hospital fue una pesadilla, así que soy de la opinión que las visitas las justas y necesarias.
La mejor visita los primeros días es la que te lleva un tupper de comida y te pregunta que donde está la tabla de planchar xq te va a echar una mano.
Los que van a que les pongas el café mejor que se esperen un tiempecito…
Logicamente luego hay casos especiales como el comentario anterior.
Seguro que hay más gente que disfrutó de sus visitas post parto, el problema es que generalmente se da por hecho que lo que hay que hacer es ir al hospital sin tener en cuenta en que condiciones se encuentran los padres ni sus necesidades. Y ahí es donde empiezan los problemas.
En mi caso, con mi hijo fui un poco radical, pero con el segundo aún lo voy a ser mucho más… me explico: En el hospital tuve muchas visitas, pero sólo por las tardes. Mi niño nació un miércoles así que el viernes nos fuimos a casita, así que pudimos evitar un finde allí.
En casa no dejé que vinieran visitas las 3 primeras semanas (sin contar mamis, suegras ni cuñadas que se presentaban con una olla de comida, jeje)
Para el próximo (si todo va bien llegará en enero), aún va a ser "peor" porque no quiero que venga nadie al hospital tampoco. Quiero que cuando Pollito conozca a su hermano estemos solos, porque al principio se corta mucho si hay gente, luego se suelta pero el primer momento ya no será igual… Así que estoy por hacer como una amiga, que no avisó a nadie de que había nacido el niño hasta dos días después, y además dijo que el médico les había prohibido las visitas.
Sé que quedaré mal con algunas personas, pero me da igual. Los que no lo entienden son precisamente los que menos me importan…
Muy de acuerdo. Creo que debemos ser claros en lo que queremos, hablando antes con nuestra pareja o esposo. Pero mas que nada no debemos tener miedo de ejercer nuestro derecho de madres de llevar la crianza como nosotros estimemos mejor, y esto comienza desde su nacimiento! Definitivamente que los segundos nos dan una nueva oportunidad para hacer mejor lo que con el primer hijo no hicimos o hicimos diferente, por miedo a herir susceptibilidades, principalmente de la familia cercana. En mi caso, yo recibí la ayuda de mis padres y hermana. Mi suegra también. Para recibir visitas de amigos y otros familiares optamos que fuera luego de los 15 días, por ser parto natural. Pero con el gordo yo deje desde un inicio las cosas claras que no iba a recibir a nadie ajeno a la casa antes de los 40 días, ya que mi casa es de 2 plantas y no podía bajar gradas por la cesárea. Al final los amigos entienden. Y la verdad es que, si alguna vez algún familiar se reciente o algo, que no nos importe, no pueden pasar la vida entera sin ver a los niños, verdad? jeje algún día se les pasa. No debemos ceder en algo importante, como cuidar la salud de nuestros hijos, solo porque la suegra o alguien se va a resentir.
vamos, ¿que sólo quieres que venga una chacha no?
Yo tuve la suerte de que en el hospital solo fueron a verme la familia mas cercana y como tienen horarios de visitas no molestaban mucho, eran a unas horas puntuales y en casa la verdad, tampoco fueron visitas prolongadas, con la primera niña si, pero la gente cuando ya tienes mas intentan no dar mucho la lata, ser es una lata, yo suelo esperar un mes o mes y algo en ir a visitar a alguien, por teléfono lo felicito y luego ya habrá tiempo de visitas
Completamente de acuerdo con lo explicado, yo tuve el parto con unas matronas en Madrid y todo fue genial, depende de lo que elijas y como quieras dar a luz