Conciliación Familia

Diario de una pandemia por coronavirus. Episodio 1 #yomequedoencasa

15 marzo, 2020
coronavirus

Han pasado más de dos años de mi último post en el blog. Pero la ocasión merece desempolvarlo y comenzar a escribir. Mamá sin complejos nació en un momento donde necesitaba contar y plasmar lo que estaba viviendo. ¿El motivo? La situación que me tocaba vivir era diferente, me sacudía por dentro y necesitaba contarlo y compartirlo. Hoy, muchos años después, vuelvo a sentir esa necesidad. Estamos viviendo algo inédito, histórico. Una pandemia provocada por el virus Covid-19 o coronavirus. En contra de lo que todos, o casi todos, pensábamos, esto se nos ha ido de las manos. Y de repente, nos encontramos recluídos en casa, el país paralizado sin fecha de caducidad. ¿Cómo afrontamos todo esto? Son momentos de serenidad, de conciencia personal y social y de mucha paciencia.

No se me ocurre un mejor momento para retomar este blog y poder escribir estas líneas. Sobre todo porque no quiero olvidar nada de lo que suceda en estos días. No quiero olvidarlo yo, no quiero que lo olvide mi hijo. Inevitablemente debemos aprender de esto que nos toca vivir. O al menos eso es lo que yo espero, aunque confieso que también tengo dudas de si será posible.

Día 4 #yomequedoencasa

Hoy es el cuarto día sin salir de casa. El martes 10 de marzo conocíamos la noticia de la suspensión de las clases en la Comunidad de Madrid. A partir de ahí creo que la mayoría sabíamos lo que iba a llegar. Sólo había que echar un vistazo a lo que estaba sucediendo en Italia. Pero no quisimos verlo, o no quisimos asumirlo. En ese momento y de forma juiciosa intenté preparar la logística de nuestra casa y de la familia. Un poco de comida y reserva, organización con las clases de Lucas y prepararnos para lo inevitable: la cuarentena. Hemos comprado de manera juiciosa. Tenemos comida sí, tenemos papel higiénico (el oro del momento), tenemos lo necesario para no tener que salir a la calle en unos días. Pero sin pasarnos, sin estridencias.

Agus ha sido el único que ha estado entrando y saliendo, el trabajo…. el viernes día 13 por fin le dieron la noticia de que podría teletrabajar. Ha probado el equipo y tiene todo listo para el lunes comenzar su jornada en casa. Aún así tiene que salir para atender a sus padres, ancianos de más de 80 años. Intentaremos que su despensa tenga lo necesario, que la medicación que toman esté lista y haremos el menor contacto con ellos para evitar riesgos.

Falta de conciencia social

Ayer pudimos comprobar la falta de conciencia social y de responsabilidad desde nuestra ventana. Llevamos viéndolo toda la semana, pero ayer fue simplemente terrible. Vivimos en frente de un gran supermercado, un Mercadona para más señas -la nueva fuente de contagio del virus a este paso-. Desde primera hora de la mañana una masa de gente agolpaba las calles para acudir a comprar. No de una en una, ¡no! Familias enteras, niños, ancianos hasta en sillas de ruedas eran llevados a abarrotar pasillos y hacer colas en cajas. Carros llenos, coches hasta los topes. Ese era el panorama.

Las redes sociales mostraban lo mismo que yo veía. Personas sin control llenando carros para meses….. comida, detergentes, papel higiénico, ¡¡mucho papel higiénico!! Sorprendente lo que ha sucedido con esto.

Mi amiga me contaba lo peor. Su hijo trabaja en un supermercado. Trabaja 20 horas semanales, un trabajo que puede compatibilizar con sus estudios. Ante la demanda les habían llamado para ampliar su horario. Su misión estos días ha sido reponer continuamente. Cuenta cómo la gente le quitaba lo que llevaba en los pales antes de reponer. Todo ello entre empujones, insultos, faltas de respeto…. Ayer, aunque tenía previsto estar hasta la hora del cierre, a las 16:00 llegó a su casa. ¡Ya no quedaba en el almacén nada para reponer! Si hubiéramos comprado con cabeza y sin almacenar más de lo necesario esto no se hubiera dado.

Nos han garantizado que no habrá falta de alimentos o bienes de primera necesidad. Pero si la gente sigue almacenando en sus casas más de lo que necesitan, ¡este problema llegará! Lo triste es que mucha comida de la que se está comprando tendrá que ir al cubo de la basura. No tenemos sitio en nuestros frigoríficos para tantas cosas….. ¿Prefieren tirar antes que dejar que otros compren? Eso parece.

Estado de alarma, ¿y ahora qué?

Por fin se ha decretado el estado de alarma. Está restringida la libre circulación de personas. Se han cerrado comercios salvo los de primera necesidad. Se ha reducido el transporte que no sea en ciudad al 50%. Debemos salir de uno en uno, nada de ir toda la familia en el coche a…. donde sea.

¿Lo cumpliremos? Creo que tendrá que salir el ejército a la calle y el resto de fuerzas de seguridad. Y, sinceramente, así lo espero. Si la población necesita la prohibición para ser cívicos, ¡prohibamos! Sino tenemos la suficiente responsabilidad, ¡obliguemos! Pero no podemos seguir recomendando y viendo lo de días anteriores.

Nosotros seguiremos en nuestra casa, administrando bien la comida que hay, trabajando si se puede, estudiando y cumpliendo las tareas que mandan del instituto. No olvidamos hacer un poquito de deporte, ver películas o series, videojuegos, lectura. A nadie le gusta estar encerrado, pero esto es una alerta sanitaria. No habíamos conocido esto, con lo que toca acatar y aceptar las instrucciones de las autoridades para poder superarlo.

Ya veremos cómo pasamos los próximos días. Aquí lo iré contando.

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