Cuando te quedas embarazada nunca piensas que tu hijo puede tener un problema de salud. Creo que a las mujeres no nos prepara nadie para afrontar algo así. Puede que te manden reposo en el embarazo, que incluso temas por la vida de ese hijo que está en tu vientre, y se pasa miedo, ¡vaya si se pasa!. Aparece una colección de sentimientos que te desbordan: miedo, terror, angustia, culpa, inquietud. Todos ellos se agolpan en tu corazón y te hacen sufrir.
Pero cuando tienes a tu hijo en brazos, cuando podéis miraros a los ojos, cuando te das cuenta al fin lo que supone ser madre, lo que supone tu poder de mujer, y entonces descubres que tiene un problema de salud, es como si un tsunami te arrasara.
Te descompone, te destruye por completo y tu, pieza a pieza, como si de un lego se tratara, tienes que ir recomponiéndote. Y no puedes dejarte ir, no puedes tardar mucho, porque tu hijo te necesita, y tienes que estar ahí, firme, resistente, al pie del cañón, porque lo eres todo para tu bebé.
Cuando llegan estas fechas tengo sentimientos encontrados. Me siento afortunada porque veo a mi hijo bien, saludable, feliz, es un niño contento y sin problemas aparentes. Pero al llegar el otoño empezamos el desfile de revisiones y consultas hospitalarias. Son de obligado cumplimiento, no queda otra. Hay que revisar, asegurarse y contemplar que todo vaya, como debe ir, que mi niño crezca conforme a cualquier crío de su edad. La sombra de la enfermedad nos acecha siempre, ahí está, quietecita, dispuesta a aparecer sin previo aviso, dispuesta a estropear todo este mundo feliz que hemos creado.
No me hace falta ir a la revisión para saber que mi hijo está bien, ¡más que bien!, pero los médicos deben verificarlo, constatarlo, asegurarse, plantearse nuevas revisiones y nuevas metas.
A los 2 años nos pusieron una meta que nos parecía difícil de cumplir, ¡los 5 años!, y mira tu por dónde, ya casi están aquí. Así que ahora en otoño, cuando comience con las citas médicas, añadiremos un nuevo especialista que desea verle.
Nadie nos prepara a los padres para esto. Ver a tu hijo enfermo, no poder ayudarle, no saber cómo le van a curar causa un dolor inexplicable. Muchos dicen «a todo se acostumbra uno». Pues no, yo no me acostumbro, no me gusta estar expectante, no me gusta temer que puede pasar de nuevo, no me gusta que ante cualquier dolencia infantil habitual yo tenga que estar con un ojo siempre vigilante.
«¿Cómo has podido aguantar todo esto?» me han llegado a preguntar. Pues oiga, porque no queda otra, o qué haces, ¿lo devuelves?. Es que a veces la gente no se debe dar cuenta de lo que dice. Porque os prometo que esta pregunta me la han hecho.
Pero la enfermedad te hace descubrir cosas impensables: tu resistencia física, tu fuerza emocional, la unión de tu familia, con quién puedes y con quién no puedes contar, lo fuerte que es tu hijo, y tantas cosas…. Conoces a personas muy valientes, que se enfrentan a situaciones médicas complicadísimas. He conocido a madres increíbles, fuertes, valientes, mujeres y hombres fantásticos que han permanecido al lado de sus hijos en condiciones tremendas y han salido adelante.
Y luego está el papel de los médicos y hospitales. Curiosamente vivimos en un mundo donde por un lado se idolatran los avances científicos y médicos, pero por otro lado se condenan. Sin esos médicos, sin esos genios que un día atendieron a mi hijo, él seguramente no estaría con nosotros, o estaría en unas condiciones de salud muy precarias. Gracias a esos magos del bisturí hoy tengo a mi lado a un niño sano y fuerte. Si soy devota de alguien, es de ellos. Si rezo a alguien, es a ellos. Mi fe la alimentan ellos.
Desde aquí quiero dar un abrazo de solidaridad a todas aquellas familias que, como yo un día, estáis pasando por momentos de salud complicados. Es difícil, lo sé, pero es lo que nos ha tocado y debemos enfrentarlo con todo nuestro optimismo y con una gran sonrisa. Nuestros hijos no merecen menos.
19 Comments
Creo que una madre nunca esta preparada para asumir la enfermedad de un hijo pero como bien dices, la mayoría sacáis fuerzas de donde no las hay, lucháis, no dormís, permanecéis a su lado y os encargáis de sostener no solo al hijo sino a la familia. Tu dices que sin esos médicos tu hijo no hubiera salido para adelante en condiciones pero yo creo que sin ti y sin tu marido tampoco. Lo mejor que puede tener un niño enfermo es una familia con ganas de luchar, que le de las fuerzas que necesita y si a eso le añadimos un buen equipo medico la cosa pinta mucho mejor… Espero no tener que pasar nunca por ese trago pero si es así espero ser capaz de llevarlo como tu lo hiciste… Muchísimos besos
Al final hay que sacar fuerzas d donde sea, como dices tú no queda otra, pero es cierto que cada uno afronta las adversidades como puede, claro.
Pero creo que sí hay que mostrarse siempre positivo, aunque sea fácil decirlo y difícil hacerlo.
Efectivamente, ninguna madre o padre estamos preparados para enfrentarnos cosas de este tipo.
Un beso guapa y otro a Rayo que es un campeón ;D
Totalmente de acuerdo. Entiendo lo mal que lo has pasado, tiene que ser horrible. Y tambien de acuerdo en lo de los medicos, hay que tener fe en ellos, pueden con mas de lo que nos imaginamos.
Mucho animo Belen. Besitos
Creo que los seres humanos tenemos algo en nuestro interior, como una fuerza, que nos hace crecernos ante las adversidades. Desde luego, no debe de ser fácil luchar por la vida de un hijo, pero ¿quién no lo haría?
Creo que no se conoce el miedo de verdad hasta que se es madre. Y si encima ocurre algo así… en fin, no me lo puedo imaginar. Pero, como se suele decir, los padres podemos con todo, por nuestros hijos vamos al fin del mundo!.
Yo también me uno a tu felicitación, para todos los que esteís en esa situación. Y como has dicho:Ellos no merecen menos. Besos.
yo no tengo hijos pero la idea de ser madre me asusta por esto mismo… que le pase algo, que sufra… tu felicidad pasa a ser su felicidad y la forma que tenéis las madres de afrontar cualquiera de estas situaciones es algo que me admira. sé que el instinto de protección pasa por hacerte sacar toda esa fuerza y poder con todo… pero me sigue admirando. Yo estoy segura de que cada año, el calamar esta mas fuerte, mas sano y dejando muy lejos esos temores que os lo hicieron pasar tan mal. cada año es una victoria nueva y lo celebramos con vosotros. muchos besos
Mi madre siempre me ha dicho q con el titulo de madre viene el conocimiento del miedo… Miedo a q sufra, a la enfermedad, al dolor…
El peque tiene mucha suerte de haber dado con médicos competentes y buenos pero tiene mas suerte de tener una madre y un padre tan increíbles como vosotros.
No hay mejor combatiente q una madre q lucha x su hijo
Es muy duro ver que tu hijo está enfermo y no sabes si todo saldrá bién, o estar a la espectativa, siempre vigilante.
Desde luego que no estamos preparadas para eso, porque en el fondo, antes de que suceda, no queremos ni mencionarlo.
Pero cuando sucede normalmente se sacan fuerzas de dondo no sabíamos que teníamos.
Besos
Uff, Belén, cuánto sentimiento y cuánta intimidad en este post. Con lo difícil que nos resulta muchas veces hablar de nuestros miedos y temores, como si hablando de ellos les diéramos cuerpo y alas para atormentarnos un poquito más…
A medida que voy conociendo a más madres me doy cuenta de que por mucho que esta sociedad nos intente vender maternidades de revista, con mamás níveas y perfectas, la enfermedad está ahí, las pérdidas durante el embarazo, las muertes perinatales, las enfermedades graves.
Quizá el problema está en esta sociedad que nos tiende a vender sueños perfectos de consumo y a esconder lo "feo" que no va en consonancia con esos mitos. Nadie quiere oír hablar de un parto robado, todavía son muchos los que niegan el dolor de una madre que pierde a su bebé durante el nacimiento o en los días posteriores (y peor aún si es en los primeros meses de embarazo).
Está claro que el miedo no nos debe impedir disfrutar, que un embarazo es un momento lleno de alegría y expectación, que la maternidad debería ser gozo y no temor…
En fin… yo tengo en mi familia un caso de autismo y otro de una enfermedad muy rara… A mi ya no me parece una estadística eludible, es la realidad con la que convivo y aprendo a llevar, pensando y admirándome del coraje de esas mamás para sacar a sus pequeños adelante y luchar contra molinos de viento las veces que haga falta… Como tú, Belén, como tú. Un abrazo fuerte. <3
Así como conocemos de verdad el miedo cuando somos madres, también a partir de ese momento sabemos que seremos capaces de aguantar todo por nuestros pequeños.
Un besazo
Creo que una no se da cuenta de lo que es el miedo de verdad hasta que es madre. Cualquier cosita que le ocurra a nuestro pequeño es un mundo para nosotras y con razón… es lo que tiene querer con toda nuestra alma.
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Niña no puedo imaginar realmente lo que debiste sufrir y lo que aún sufres porque nunca he pasado por ello. Desde luego que ninguna madre debería ver a su hijo enfermar pero está claro que se ve, se sufre y se lucha. Belén sabes que te admiro mucho por todo lo que eres y no veas la suerte que tiene tu hijo de tenerte.
El miedo a tener un hijo enfermo sólo es superado por el miedo a que tu hijo vuelva a enfermar… estas palabras no son mías, son de mi madre el día después de mi primera operación de corazón. Ella estaba en silla de ruedas por un cancér que sería mortal y que le impidia moverse de la cama… excepto para estar en las puertas del quirofano para ver salir a su hija de él.
Un beso muy muy fuerte Belén!
Gracias a todas por estos comentarios. Un beso grande.
Todo va a salir fenomenal Belén! Tu hijo está hecho un torete y es una preciosidad de niño. Además, tiene una madre que es una de las mujeres más fuertes que he conocido nunca y por eso te admiro.
Es cierto que todas las mamás sacamos fuerzas hasta de debajo de las piedras si hace falta cuando nuestros hijos tienen problemas, pero tbn es cierto que ninguna sabemos hasta donde podemos llegar hasta que no tenemos el problema encima. De ahí quizá que te hayan hecho esa pregunta tan poco "afortunada".
Ánimo preciosa!
Buf, creo que no puede haber nada peor.
Espero que tu hijo siga así de bien, de verdad.
un abrazo fuerte.
Gracias chicas 🙂
Como bien dices hay cosas a las que es imposible acostumbrarse, pero no hay de otra.
Mucho ánimo que todos les deseamos lo mejor!!!!!!!!!!!!!!