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Lo que no te cuentan sobre la maternidad cuando vuelves al trabajo ¡y regalo para mis lectores!

12 mayo, 2014
A veces la maternidad nos obliga a reinventarnos, a elegir caminos alternativos en lo profesional porque la opción que teníamos en su día no nos sirve ahora. De esto nadie te habla cuando te dispones a ser madre. Igual es cierto que deberíamos hacer un Tratado de lo que no cuentan sobre la maternidad. Te hablan de lactancia, de porteo (esto en los últimos años, que cuando yo tuve a Rayo poca cosa), de los mejores pañales, de colecho, de las noches en vela. Pero pocos o nadie te habla de cómo será tu vuelta al trabajo, de lo que encontrarás allí, de lo que significa conciliar y de cómo cambiará tu vida a ese nivel. 
No se trata sólo de poder encajar en el puzzle tus horas laborales, es que todo cambia, tú cambias, tus prioridades se reordenan y entonces buscas otras cosas. La motivación no es la misma y aunque tu trabajo te apasione, ese bebé de pocos meses que te espera es tu única obsesión. Y a veces esto no se entiende. Recientemente leía el caso de una mamá bloguera, una mujer brillante, formada, que finalmente ha tenido que renunciar a su trabajo porque no entendían que ella había sido madre y el horario que la proponían era absolutamente incompatible no sólo con la maternidad, sino con una vida normal. 
Tendemos a pensar que debemos vivir para trabajar, y encima con esto de la crisis tenemos que añadir la coletilla de ‘y debemos dar gracias’. Y yo me revuelvo por dentro cada vez que lo oigo, ¿Dar gracias? Fíjate que yo pensaba que el trabajo es un DERECHO que hasta viene en la Constitución. 
Y muchas mujeres, y por qué no decirlo hombres también, se cuestionan si merece la pena, se arman de valor, se arriesgan y se reinventan. Tampoco hay muchas opciones, pocas son las empresas que te permiten flexibilidad. Se cree que si no trabajas de 9 a 7 te tocas las narices. Opciones como el tele trabajo, la flexibilidad horaria, la reducción de jornada, la jornada intensiva no son valoradas positivamente. Se olvida que un trabajador contento es un trabajador motivado y en consecuencia eso se traduce en buenos resultados, en un trabajo bien hecho. Las empresas se empeñan en olvidar la parte emocional, no les interesa, creen que es perder el tiempo. Eso sí, te plantan cursitos que seguro les cuestan un riñón porque queda fenomenal, cursitos que te valen para nada, que te hacen arrugar el morro porque sientes que pierdes el tiempo. Y yo digo que si trabajamos esa parte emocional, si nos interesamos por los trabajadores, si llevamos a cabo medidas que faciliten la vida fuera del trabajo, nos ganaremos a esos empleados y obtendremos un mejor rendimiento y una mayor calidad. ¿Creéis que estoy loca? 
Yo me tuve que reinventar, tuve que empezar de cero. Cuando me reincorporé a mi puesto de trabajo tras mi baja por maternidad todos esperaban que actuara como otras madres compañeras mías, como si nada. Turnos rotativos, salidas a las 9 de la noche, incluso viajes a otros países… y otros continentes. Que buenas palmaditas la dieron a esa compañera mía que cruzó el charco teniendo su bebé un añito. Y que lágrimas derramó ella…. pero no dijo NO, aceptó y se marchó. Y yo me negué, solicité la reducción de jornada, el turno único y ahí empezó el calvario. Al año mi bebé enfermó y ahí ya lo tuve claro, tenía que dejarlo, no tenía muchas opciones. No pensé en nada más. Pero cuando la tormenta pasó sí tuve que buscar alternativas. 
El teletrabajo ha sido mi salvación, encontrar un trabajo flexible donde lo importante sea el rendimiento final. Eso me permitió atender las necesidades -algo más especiales- de Rayo y volver al trabajo, porque también necesitaba ese aliciente. 
Para poder conseguirlo, como tantas otras personas, la opción fue convertirme en autónoma. Asumir ese riesgo, esa falta de seguridad, enfrentrarme a los impuestos trimestrales (como tiembla mi cuenta cada trimestre), espachurrarme los sesos para comprender todos los entresijos que Hacienda se empeña en no explicarte. No es tan sencillo como esperar tu nómina de fin de mes y olvidarte de todo. Pero aún así, ¡merece la pena! 
Eso sí, cuento con una ayuda estupenda, alguien que me ayuda a llevar las facturas y tenerlo todo en orden. Porque Hacienda sino llamará a tu puerta, aunque factures poquito. 
Hoy os traigo un regalo, no es un sorteo, ni un concurso, simplemente un regalo para los que, como yo, sois autónomos o tenéis una pequeña empresa. Si os cambiáis a la asesoría que me hace la vida más fácil tendréis un mes gratuito y además 5 euros de descuento en la declaración de la renta de este año. 
Pero si eres trabajador por cuenta ajena, ¡también hay regalo! Que hoy estamos generosos. Si deseas que te hagan la declaración de la renta también tendrás descuento. Si quieres que te revisen el borrador de tu declaración (que andamos todos metidos en ello estos días) te harán precio especial, tan sólo 2 euros. Esta revisión consistiría en hacer una simulación de la declaración para intentar mejorar los resultados de la misma, a tu favor claro está. 
Y todos estos regalitos son gracias a Laguna Asesores, sólo por decir que los habéis conocido en mi blog. Os invito a visitar su web para consultar cualquier información adicional que necesitéis, pinchando aquí. Os aviso que sus precios son muy interesantes.
¿Y tú? ¿También te reinventaste después de ser madre?

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4 Comments

  • Reply SheilaiJúlia 12 mayo, 2014 at 10:02

    Si me reinventé…no tanto como me gustaría, para mi primera hija me reincorporé bastante más tarde al trabajo, ella me necesitaba, la operaron a los 5 meses de edad, volví con reducción de jornada y ahora con mi segunda hija cogeré excedencia y al volver al trabajo no sé si podré hacer reducción, dependerá de si mi marido encuentra faena…y es verdad, te cambian las prioridades y la manera de ver las cosas, yo soy enfermera vocacional, me encanta mi trabajo, antes lo era casi todo para mi, me llenaba! Ahora mi corazón está con mis niñas, disfruto trabajando y me va bien para desconectar un poco de la crianza, pero no puede ser que esté más horas trabajando que cuidando a mis nenas…así que intentaremos compaginar todo y llegar a fin de mes, jeje, delicidades por la entrada, me ha gudtado mucho

  • Reply Chineando Ando 12 mayo, 2014 at 10:09

    Me ha gustado mucho el artículo. Es cierto que las prioridades cambian, pero no significa que no queramos trabajar, verdad? Yo todavía estoy embarazada pero no dejo de pensar cómo será la vuelta al trabajo. Hasta ahora el ritmo era muy alto y muy exigente.
    Una pena que no pueda aprovechar la oferta. Saludos desde China!

  • Reply mamisepa 13 mayo, 2014 at 18:15

    Hola mamá sin complejos.

    A ver, estoy de acuerdo a medias (y por tanto no estoy de acuerdo a medias :)).

    Me parece genial las personas que, de corazón, han decidido reinventarse, porque es lo que sentían, lo que querían y lo que les hacía felices.

    Pero no estoy de acuerdo en que este tenga que ser "necesariamente" el camino a seguir para todas las personas que tenemos hijos (y más específicamente, para todas las madres). Como he dicho, las que lo han hecho porque "se lo pedía el cuerpo", chapó por ellas. Pero otras lo acaban haciendo a regañadientes y se conforman con un "premio de consolación" en forma de otro trabajo, muchas veces más precario, teniendo que ser autónomas sin desearlo realmente, etc.

    Y eso no me parece justo. No me parece justo que el mercado laboral sea así. El mercado laboral regulado es anti-niños, esto es cierto. Y lo es porque se supone que en él sólo debía haber hombres que trabajan muchas horas sin rechistar, mientras las mujeres se quedaban en casa. Pero mira por donde, que las mujeres también queremos entrar en el mercado laboral regulado y con derechos (en el mercado laboral hemos estado siempre, sólo que en el precario y sin derechos). Y claro, esto hace que salte todo por los aires. Se evidencia que el sistema no está preparado para que las mujeres trabajen en él, ni para que los hombres sean padres comprometidos y responsables hacia la crianza de sus hijos. En este punto, tenemos 2 caminos:

    – Uno, darnos por vencidos, olvidarnos de ese mercado y volver al de siempre.
    – Otro, poner ese sistema patas arriba.

    Yo creo que lo que hay que hacer es poner ese sistema patas arriba, hay que darle una patada donde más duela y demostrarle que queremos estar ahí. Yo no quiero reinventarme, quiero seguir haciendo lo mismo que hacía antes de ser madre. Es lo que me gusta, por lo que he estudiado y me he formado y he aprendido mucho, y no quiero tirar todo ese aprendizaje a la basura. No me parece justo tener que tirarlo a la basura "sólo" porque he sido madre. Haber sido madre no me incapacita para seguir haciendo mi trabajo y por eso quiero seguir haciéndolo. Sí es cierto que he ralentizado mi ritmo (reducción de jornada durante 8 años ya, excedencias, permisos de lactancia,…).

    No quiero ser traductora ni poner una tienda de fulares ni fregar casas, no me parece justo que todas las mujeres que sentimos algo hacia nuestros hijos tengamos que acabar haciendo eso (ya que es lo que veo que hacen la mayoría; ojo, que a nivel individual de cada una me parece PERFECTO, no es mi intención faltarles al respeto). Además, sinceramente, creo que no hay mercado para todas. Si todas ponemos una tienda de fulares, al final habrá más tiendas que clientes potenciales 😉

    Y quiero que los hombres estén a nuestro lado para darle la patada al sistema. No me conformo con hombres que se conforman con ser meros cajeros automáticos con patas, porque trabajan de 8 a 8. Yo no quiero trabajar de 8 a 8, ni quiero que lo haga mi compañero. Quiero que todos tengamos horarios más razonables, flexibilidad, cada cual dentro de sus posibilidades, obviamente (no todos los trabajos permiten la misma flexibilidad). Pero yo no me conformo con volver al siglo pasado, y los hombres currando todo el día fuera, y las mujeres cosiendo en casa (por supuesto, sin cotizaciones en la SS ni nada que se le parezca).

    un saludo!!!

  • Reply Monica de mi mundo como mama 14 mayo, 2014 at 10:08

    Creo que nuestra obligación como madres trabajadores es luchar por nuestros derechos, que están ahí y hacer que la conciliación sea poco a poco algo habitual en esta sociedad. La empresa tiene que entender que tu prioridad es tu familia y no por ello eres peor trabajador, que el calentar la silla mas horas no te hace mejor. Es duro, te miran mal y seguro que te critican por hacerlo, pero estamos en nuestro derecho!!!

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